jueves, 3 de octubre de 2013

Uno dos, uno dos, probando, probando.

Lejos de reactivar y rediseñar mi blog para fines instructivos o de posible relevancia trascendental para la sociedad, sólo quiero ser escuchado, bueno, leído y no por ustedes, sino por mí mismo;  es más, puede que no exista un ustedes –que sería lo ideal- pero sería también hipócrita decir que no posteo esto con miras a exhibirme, tal vez es sólo esa necesidad de ventilar o figurar, y no creo que esté mal, al final, siempre las penas o alegrías de uno despiertan cierta envidia o felicidad en otros, ténganlo si les sirve. Ah por cierto ¡hola!, soy Raju, sí, Raju y antes que todo te pido no critiques mi exceso de amor por las comas y el hecho de que me guste usar los signos de exclamación sólo al final, y una que otra barbaridad ortográfica más, no estoy en muy buena cancha, las reglas se han modificado, pretendo ser correcto en la medida de lo posible aunque seguramente por un punto mal puesto me vayan a crucificar y hasta dejar de tener la minúscula importancia que por algún segundo ocupé en sus valiosos tiempos. Regresando al tema del inicial hola, sí, me llamo Raju, Raju Noornabi, y aunque ya estoy acostumbrado a que me lo pregunten se los cuento sólo para evitar lo inevitable, mi nombre es foráneo, indio, mi padre es del lejano Bangladesh y mi viejita de este tercermundista país, el buen Perrrrú –como mal pronunciaría alguna presentadora extranjera de algún certamen de belleza internacional-.

Esta entrada será corta, no quiero ahondar, es un poco sosa, generalmente las nuevas bienvenidas son tan hostiles como las viejas amistades al momento de un reencuentro, y vaya que sí lo son, pero bueno, la idea es que tú como lector (tú como lector soy yo, para mí mismo) te vayas integrando a este laberinto de idas y vueltas sin ningún fin más que el de perder tu tiempo haciendo ver que el mío escribiendo esto vale la pena, en algo servirá.

Detalles de mi vida puede que no les importe, no lo sé, lo tengo inscrito en mi bio pero si me lo pidieran tampoco tengo mucho que decir, no soy un nobel, un erudito, un abanderado de la verdad y las buenas costumbres, un delincuente reinsertado a la sociedad que puede escribir un libro de cómo no tener que pasar lo que él algún día disfrutó vivir, mucho menos un ejemplo a seguir, maybe podría dedicarme a dar cátedra de conversaciones vacías, explícitas, sin doble sentido, sin ningún trasfondo, o solamente decirles que soy un joven de 23 primaveras –porque sí son primaveras, no lo digo por tendencia- que es bachiller en la flamante carrera de Ciencias de la comunicación con especialidad de Relaciones Públicas y Publicidad de la más aún flamante universidad de San Martín de Porres. JA! Imaginen eso, presentarse así, qué ridículo no? A veces creo que debo hacer un mea culpa por la invención de estos terceros que le ponen los nombres nada que ver a las ramas de las equis disciplinas, en fin, más de lo logrado como eso no les puedo dar, más de lo que mi mente pueda imaginar que es la vida, eso es otra cosa y posiblemente de eso en adelante vamos a hablar.